lunes, 21 de septiembre de 2015

Se aprende más de las victorias

Todos conocemos esa frase que dice “Se aprende más de una derrota que de mil victorias” o alguna de sus múltiples variaciones. Es un concepto muy arraigado en nuestra mente y no seré yo el que reniegue del aprendizaje que puede aportarnos una derrota. Pero como coach, al que le encanta cuestionarlo todo, me pregunto si realmente se puede aprender más de una derrota que de una victoria.

Normalmente, cuando nos enfrentamos a un fracaso solemos pararnos a analizar detenidamente cuales han sido nuestros errores, cuales han sido nuestro aciertos y en que áreas podemos mejorar. Y digo ¡detenidamente!.
Sin embargo, rara vez hacemos un análisis tan minucioso cuando hemos alcanzado el éxito. Pero lo cierto es que la información es la misma. En ambas situaciones podemos saber que hemos hecho bien, que hemos hecho mal y que podríamos haber hecho mejor.

Por otra parte, cuando afrontamos una derrota parece que es mucho más fácil realizar cambios importantes. Esto se debe a que generalmente nuestro análisis a sido más profundo y la sensación de que no tenemos nada que perder. Pero si somos humildes cuando ganamos, y realizamos ese análisis en profundidad, al igual que cuando perdemos, también podemos ser conscientes de la necesidad de esos cambios y llevarlos acabo antes de ser derrotados.

Por último me gustaría reflexionar que nos aportan la victoria y la derrota a nivel personal. Otro idea muy popular, en relación al tema, es que “la derrota nos hace más fuertes”. Es cierto que cuando nos encontramos ante el fracaso todos nuestros valores, nuestro compromiso, nuestra motivación y nuestra confianza se tambalean. Se produce un terremoto del que, si somos capaces de recuperarnos, regresaremos con más fuerza, con más seguridad en nosotros mismos, mejor preparados, con convicciones reforzadas y una energía e ilusión renovadas.
Pero la victoria tampoco es un camino fácil. Lo más difícil del éxito es mantenerlo. Y mantenerlo conlleva muchísima presión. Y al igual que en la derrota, ten enfrentas a un terremoto que te sacude de arriba abajo y del que si sobrevives será con unos valores fortalecidos y una determinación óptima para mantenerte en la cumbre.

En conclusión, tanto la derrota como la victoria conllevan aprendizajes similares siempre y cuando los experimentemos desde la humildad del que sabe que siempre puede mejorar. La gran diferencia es que unos aprendizajes son más amargos que otros. Así que, como decía el dibujante y escritor argentino Roberto Fontanarrosa, por mucho que se aprenda en la derrota…¡Prefiero esa ignorancia! Me quedo con la victoria que es más dulce.

Daniel Abella 
Fórmula Coaching
www.esformulacoaching.es

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