lunes, 28 de septiembre de 2015

Recursos para tomar decisiones con mayor facilidad

Tomar decisiones importantes no es una tarea fácil. A lo largo del día nos vemos obligados a elegir en multitud de ocasiones entre dos o más opciones y en muchos casos más de una de las posibles alternativas nos parece atractiva. Pero la dificultad de elegir entre varias opciones no es la decisión en sí, sino las consecuencias que esa decisión puede desencadenar. Por un lado esta el hecho de que elegir una de las alternativas implica necesariamente renunciar al resto y por otra parte, el compromiso que implica tomar una elección puede ser una carga muy pesada para muchos de nosotros.

Pero no podemos evitar tomar decisiones. Las decisiones, al fin y al cabo, nos definen y al mismo tiempo definen nuestro futuro. Si no tomamos decisiones somos vulnerables a las decisiones de los demás y eso nos convierte en meras piezas de ajedrez de una partida que no jugamos. ¿Y si deciden sacrificarnos?... Por tanto, no tomar decisiones deja nuestro futuro en manos de los demás y por norma general eso no es algo bueno.

Pero decidir es tan difícil, implica tanta responsabilidad… ¿Qué puedo hacer para tomar decisiones con más facilidad?

Para que tomar decisiones importantes sea una tarea mas sencilla quiero compartir los tres recursos que utilizo yo en mi vida diaria.

El primero es la confianza: Confianza en que todo saldrá bien. Lo que tenga que ocurrir ocurrirá, pero tenemos que estar seguros de que nuestras decisiones nos llevaran al lugar en el que queremos estar.

El segundo recurso es no juzgar: Cuando tomamos una decisión y más adelante creemos que podríamos haber elegido otra opción mejor nos juzgamos y nos castigamos sin razón. No olvides que tomaste esa decisión por algún motivo que en ese momento tenía sentido. Hay muchos caminos que llegan al mismo sitio si sigues andando. Por lo que ninguna decisión es definitiva. Simplemente sigue caminando hacia la meta.

Y el último recurso para tomar decisiones es el desapego: Hay que aprender a dejar que las cosas fluyan. Y para que fluyan hay que permitir que las cosas se vayan para que puedan volver. Hay una frase que me gusta mucho que dice “no es malo poseer cosas pero no dejes que las cosas te posean a ti”. Si tomas decisiones pensando en el miedo que tienes de perder algo no podrás tomar decisiones para ganar algo.


Una vez que sueltes todas esas cosas que crees que te pertenecen, confíes en que las cosas vendrán en el momento oportuno y juzgues todas las alternativas solo como oportunidades te resultará mucho más fácil tomar cualquier decisión.



Daniel Abella 
Fórmula Coaching
www.esformulacoaching.es

lunes, 21 de septiembre de 2015

Se aprende más de las victorias

Todos conocemos esa frase que dice “Se aprende más de una derrota que de mil victorias” o alguna de sus múltiples variaciones. Es un concepto muy arraigado en nuestra mente y no seré yo el que reniegue del aprendizaje que puede aportarnos una derrota. Pero como coach, al que le encanta cuestionarlo todo, me pregunto si realmente se puede aprender más de una derrota que de una victoria.

Normalmente, cuando nos enfrentamos a un fracaso solemos pararnos a analizar detenidamente cuales han sido nuestros errores, cuales han sido nuestro aciertos y en que áreas podemos mejorar. Y digo ¡detenidamente!.
Sin embargo, rara vez hacemos un análisis tan minucioso cuando hemos alcanzado el éxito. Pero lo cierto es que la información es la misma. En ambas situaciones podemos saber que hemos hecho bien, que hemos hecho mal y que podríamos haber hecho mejor.

Por otra parte, cuando afrontamos una derrota parece que es mucho más fácil realizar cambios importantes. Esto se debe a que generalmente nuestro análisis a sido más profundo y la sensación de que no tenemos nada que perder. Pero si somos humildes cuando ganamos, y realizamos ese análisis en profundidad, al igual que cuando perdemos, también podemos ser conscientes de la necesidad de esos cambios y llevarlos acabo antes de ser derrotados.

Por último me gustaría reflexionar que nos aportan la victoria y la derrota a nivel personal. Otro idea muy popular, en relación al tema, es que “la derrota nos hace más fuertes”. Es cierto que cuando nos encontramos ante el fracaso todos nuestros valores, nuestro compromiso, nuestra motivación y nuestra confianza se tambalean. Se produce un terremoto del que, si somos capaces de recuperarnos, regresaremos con más fuerza, con más seguridad en nosotros mismos, mejor preparados, con convicciones reforzadas y una energía e ilusión renovadas.
Pero la victoria tampoco es un camino fácil. Lo más difícil del éxito es mantenerlo. Y mantenerlo conlleva muchísima presión. Y al igual que en la derrota, ten enfrentas a un terremoto que te sacude de arriba abajo y del que si sobrevives será con unos valores fortalecidos y una determinación óptima para mantenerte en la cumbre.

En conclusión, tanto la derrota como la victoria conllevan aprendizajes similares siempre y cuando los experimentemos desde la humildad del que sabe que siempre puede mejorar. La gran diferencia es que unos aprendizajes son más amargos que otros. Así que, como decía el dibujante y escritor argentino Roberto Fontanarrosa, por mucho que se aprenda en la derrota…¡Prefiero esa ignorancia! Me quedo con la victoria que es más dulce.

Daniel Abella 
Fórmula Coaching
www.esformulacoaching.es

lunes, 14 de septiembre de 2015

Los 4 pilares del ser humano

Charles Darwin, hablando de la evolución, decía que no es la especie más fuerte la que sobrevive, sino la que mejor se adapta a los cambios del entrono. Desde que nacemos nuestro entorno nos somete a un proceso de adaptación y aprendizaje constante que continua hasta el momento de nuestra misma muerte. En un mundo tan cambiante y competitivo como en el que vivimos hoy en día, este proceso de aprendizaje o desarrollo es fundamental para nuestra supervivencia y entender como funciona nos puede resultar útil para hacerlo más eficaz.

Nuestro desarrollo como seres humanos esta fundamentado sobre cuatro pilares básico en los que podemos trabajar según el propósito que queramos alcanzar. Estos pilares son:

-       Físico: No es únicamente el entrenamiento de la fuerza bruta. Es también llevar una buena alimentación, respetar nuestras horas de descanso, mejorar nuestras habilidades coordinativas, cuidar nuestra higiene diaria…

-       Mental: Es el entrenamiento de la observación y la toma de decisiones, el desarrollo de nuestros procesos cognitivos. Para ello podemos leer libros, apuntarnos a cursos formativos, o simplemente prestar atención a lo que hacemos y tratar de hacerlo mejor en la próxima ocasión.

-       Emocional: La gestión emocional esta ganando mucha importancia en nuestra sociedad después de muchos años de represión. Ahora somos mucho más consciente de la importancia que tienen las emociones sobre nuestra vida y sobre como nos condicionan. Toda emoción tiene una función, un propósito que si somos capaces de descubrir nos permitirá ver más haya de la lógica. Al fin y al cabo somos animales y nuestros instintos nos han permitido sobrevivir como especie.

-       Espiritual: A menudo confundimos la espiritualidad con la religiosidad y quiero aprovechar para aclarar que son cosas diferentes. Cuando hablamos de espiritualidad hablamos de aquello que hacemos por un fin mayor, algo que es mucho más grande que nosotros mismo. Para algunos esto puede ser la religión pero para otros serán sus hijos, la importancia de su trabajo o un hobbie. Es nuestro legado, todas esas cosas que hagamos y que perdurarán más allá de nuestra muerte. Para trabajar sobre este pilar es necesario preguntarnos los “¿Para que?” de las cosas que hacemos.

Podemos trabajar cada pilar por separado pero debemos ser conscientes de que unos están totalmente relacionados con los otros y que el trabajo sobre cualquiera de ellos influirá significativamente en los otros. Por ejemplo, una mala condición física repercutirá en nuestro estado emocional haciéndonos sentir inseguros y desmotivados, lo cual nos dificultará tener buenas ideas y hará que nos sintamos un poco perdidos. Por otro lado, cuando encontramos una actividad que nos llena y nos hace sentir bien nuestra motivación de dispara, nos sentimos muy enérgicos y parece que todas las dificultades que la actividad nos plantea se resuelvan por arte de magia.

Ahora que conoces los cuatro pilares ya no tienes excusa para no trabajar sobre ellos. Recuerda que el trabajo en cada pilar debe de estar orientado hacia aquello que quieres conseguir. Ahora ¡a trabajar!

Daniel Abella
Fórmula Coaching
www.esformulacoaching.es